Las movilidades del programa Erasmus+ no sólo
están encaminadas a la adquisición de conocimientos específicos, sino que también
es fundamental la inmersión en cada uno de los destinos para aumentar el
aprecio por las diferencias culturales y lograr un mayor entendimiento de la
diversidad.
La primera movilidad de formación ha tenido lugar en Berlín de los días 9 al 14 julio, pero la estancia en la ciudad la he prolongado unos días más.
Con unos 3,5 millones de habitantes, la
capital alemana es un ejemplo de ciudad moderna, con grandes edificios y amplias
avenidas y donde destaca la juventud de su población y su carácter cosmopolita.
Me quedo con algunos aspectos propios de la vida allí.
1. Berlín y las bicicletas.
El uso de la bicicleta es un transporte muy
querido y respetado allí. Casi todas las calles de la ciudad disponen de un carril
bici y es fácil encontrar decenas de ellas en cada rincón. Además, este medio
no es sólo usado por los lugareños, sino que los turistas pueden acceder a
ellas de forma rápida y sencilla, a través de locales de renting o de aplicaciones móviles. El que monte habitualmente, ¡que se anime!
2. Los museos.
En la ciudad de Berlín hay más de 200 museos
para visitar, la elección de uno u otro depende de los intereses personales de
cada uno, pero son especialmente recomendables los que están situados en Museum Island, - Isla de los Museos-, llamada así por estar
rodeada del río Spree.
La Antigua Galería Nacional (Alte Nationalgalerie) se encuentra en ese recinto que destaca por tener una bonita colección de pintores románticos
alemanes y algunas muestras del impresionismo, entre otras corrientes. Particularmente, me quedo con el
momento que me brindó contemplar el cuadro de Friedrich al que tanto he aludido
en clase.
3. El dolor por el pasado.
Uno de
los interrogantes de todo el que visita Berlín es ver cómo afrontan y cómo les influye la parte de su historia referente al Holocausto y al Muro de Berlín. La sensación que se transmite es la de una ciudad arrepentida que muestra su pasado con dolor pero también que sabe sacar provecho económico de ello.
Hay diferentes lugares y construcciones de homenaje a las víctimas pero, sobre todas, impresiona el monumento homenaje a los judíos que fueron asesinados durante la guerra, por su enorme tamaño y la frialdad de sus formas.
Y por el dolor que transmite su contemplación, destaca
también la Piedad de Kollwitz, en el edificio de la Nueva Guardia. Se trata de
una estremecedora escultura situada en el centro de una habitación vacía y bajo
un trozo de techo abierto, lo cual hace que esté supeditada al clima de la
ciudad y acentúa más su componente desolador.
Berlín es una ciudad repleta de rincones
pintorescos y de muestras de arte callejero. Una de los lugares más famosos es
la East Side Gallery, una galería de
arte al aire libre sobre una parte del Muro de Berlín. Es uno de los lugares
más visitados por los turistas a pesar de su considerable distancia al centro. Entre
los diferentes murales destaca el del beso de los dos líderes comunistas de la
Guerra Fría como uno de los más conocidos.
En
general, la ciudad está repleta de muestras de arte y cultura que convierten a cafeterías
en auténticos workshops, pequeñas galerías de arte o incluso tiendas de moda.
5. El agua y el reciclado.
Frente a España, en Berlín hay muchos tipos de agua (diferentes sabores) y, además, el agua con gas se bebe con mucha frecuencia, por
ello, al comprar o pedir agua en cualquier establecimiento hay que dejar claro qué agua se está pidiendo.
En Berlín tienen el lema de que –el que
contamina, paga- y por eso, cada vez que se compra un producto envasado en
plástico se pagan unos céntimos extra incluidos en el precio. El objetivo de
esto es lograr que el máximo de consumidores lleve los envases a las zonas oficiales de
reciclado en las que se devuelve dicho incremento.
6. Productos bio, veganos y libres de gluten.
Berlín está apostando fuertemente por la
alimentación bio y vegana y pretende
convertirse en la capital de Europa al respecto. En los supermercados es fácil
encontrar grandes secciones dedicados a este tipo de productos, e incluso la
existencia de cadenas especializadas como Bio
Company. Además, en casi todos los restaurantes y cafeterías cuentan con
variedad de opciones.
En el caso de los productos libres de gluten
aún tienen que trabajar un poco más. En los hipermercados hay grandes secciones
de productos pero no todos los establecimientos ofrecen alternativas ni conocen bien de qué va eso. España va por delante en esto.
7.
Currywurst.
¿Quién no conoce que el plato típico en
Berlín es la salchicha (wurst en
alemán)? La ciudad está repleta de restaurantes y puestos callejeros que
ofrecen un perrito caliente a buen precio. Lo que sorprende es ver que el plato
más promocionado es la Currywust que es una salchicha servida en plato o
similar (no en pan) con patatas y envuelta en una salsa de tomate y curry un
poco dulce. La verdad es que es una variedad que sabe bien.
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