jueves, 9 de mayo de 2024

Aprendizaje por observación en Croacia. Del 13 al 21 de abril. Lorena Rodríguez y David González




 El programa Erasmus+ es la mejor manera de tejer redes con profesionales de otros

lugares de Europa que amplíen nuestras capacidades como profesorado, nos permitan

implementar actuaciones que tienen éxito en otros centros y que el alumnado se vea

beneficiado tanto directamente como indirectamente.

En el diseño de un proyecto hace unos años entramos en contacto con un centro

de Varazdin, Croacia, la Godpodarsska skola Varazdin. Aunque ese proyecto, finalmente,

no salió adelante, si que logramos el objetivo de conseguir una red que hemos podido

usar tiempo después.

Varazdin es la antigua capital de Croacia y se sitúa en el noreste del país, muy cerca

de las fronteras de Eslovenia y Hungría. Es un lugar pequeño y que invita a pasear por su

centro barroco de calles peatonales llenas de arte.

La Godpodarsska skola Varazdin es un centro bastante grande, con 760 alumnos y

alumnas de las que el 80% son chicas y unos 80 profesores y profesoras. En este centro

se imparte educación secundaria, que en el caso de Croacia es obligatoria hasta los 14

años. A diferencia de lo que ocurre aquí, en esta escuela se obtiene el título de

secundaria, pero unido a la formación profesional. En la Godpodarsska skola Varazdin se

puede obtener este título en once profesiones diferentes, entre ellas turismo,

administración, economía, cocina...

La primera cosa que nos llama la atención es que las clases empiezan a las 7:15 de

la mañana y duran 45 minutos, entre clase y clase, el alumnado tiene cinco minutos de

descanso en los que pueden salir al exterior del centro. En las clases la ratio es de 20

alumnas y alumnos, que se desdoblan en las clases de idiomas y en algunas de las

instrumentales.

Nos llama la atención el silencio que hay en los pasillos del centro e incluso en las

clases, el profesorado apenas pidió silencio en clase. Lo que también tiene su lado malo,

aunque las profesoras planifican actividades muy participativas, cuesta que las alumnas

hablen.

Acudimos a una reunión con todo su equipo Erasmus+ donde nos explicamos

mutuamente el sistema educativo de cada país y cómo funcionan nuestros centros. La

profesora de cocina nos preparó unos magníficos dulces típicos croatas que

compartieron espacio con unas locas malagueñas.

Asistimos como oyentes a clases de inglés, español, geografía, historia e historia

del arte. En todas ellas se incentiva la participación del alumnado y el uso de nuevas

tecnologías. Hemos visto como tratan de integrar el uso de la IA y hacer al alumnado

crítico en su uso. Hablamos con la profesora encargada de la ecoescuela. También nos

reunimos con la psicóloga del centro, que organizó una sesión de orientación profesional

para explicarnos cómo se trabaja allí.

Por supuesto, los encuentros informales con café y las visitas a lugares turísticos

como el castillo de Trakoscan son una manera magnífica para hablar de una manera más

distendida sobre posibles nuevos proyectos conjuntos y los problemas de la enseñanza

y descubrir que, a pesar de la distancia y las diferencias culturales, lo que nos preocupa

es similar, el uso de los móviles en clase, el uso que le dan a la IA, la salud mental del

alumnado, etc.

Queremos dar las gracias al profesorado que integra el programa Erasmus+ y a la

directora de la Godpodarsska skola Varazdin por habernos abierto las puertas de su

centro. Pero sobre todo a Biba, Brankica y Renata porque fueron las mejores anfitrionas

que podíamos haber tenido. Esperamos poder devolverles su generosidad en el Sierra

de Mijas muy pronto.